jueves, 23 de octubre de 2008

Las bicicletas podrán circular por la acera a un máximo de diez kilómetros por hora

El Plan Director recomienda que las futuras edificaciones públicas y privadas habiliten espacios reservados para guardar este tipo de vehículos. Tendrán permiso para circular por carriles bus y estacionar en áreas peatonales

El debate ciudadano sobre la convivencia de peatones y ciclistas en las aceras, paseos marítimos y calles cerradas al tráfico ya tiene un dictamen oficial. El Plan Director de Bicicletas, incluido en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la capital, propone que los ciclos puedan transitar por las zonas peatonales, siempre que su velocidad no supere los diez kilómetros por hora (ahora sólo pueden hacerlo al paso normal de una persona, unos cinco kilómetros por hora). No obstante, la preferencia la tendrá siempre el caminante.

El documento, que sienta las bases de la ordenación del tráfico de estos vehículos en los próximos años (y por tanto, no está aún en vigor), determina que los ciclistas tienen derecho a circular libremente por la red viaria pública, incluidas las carreteras, y ningún otro vehículo, salvo los de emergencias, tendrá prioridad.

En este punto, el Plan Director propone una modificación de la ordenanza municipal de circulación, para permitir expresamente que las bicis puedan rodar entre una hilera de vehículos y la acera, algo que ahora ocurre de hecho y que no está permitido. Y todavía cabe una posibilidad más: si viaja sobre pedales podrá usar libremente los carriles bus.

Carriles bici

En caso de existir vías específicamente habilitadas, las bicicletas deberán circular por estas, «si bien se respeta la libertad de poder transitar por la calzada en coexistencia con el tráfico motorizado», cita textualmente. En este punto, y al contrario de lo que ocurre con las aceras, el Plan propone que el ciclista tenga preferencia sobre el peatón en las vías reservadas.

A la hora de aparcar, será obligatorio hacerlo en los espacios habilitados (aparca-bicis), siempre que estén cerca del punto al que se quiere llegar. En caso contrario, se permitirá estacionar sobre las aceras y paseos, sin obstaculizar el paso de peatones. La propuesta recogida en el PGOU reclama que se endurezca la sanción por dejar el coche sobre un carril bici.

Incentivos

El informe recoge otras medidas para incentivar su uso. La más llamativa es la obligación de reserva de plazas de aparcamiento en las urbanizaciones de nueva construcción. «En toda edificación residencial de más de una altura sobre rasante y al menos dos viviendas debe ser obligatoria la reserva de un habitáculo, cerrado y protegido, destinado a aparcamiento para bicicletas», cita textualmente el Plan Director.

Esta medida se extenderá también a las rehabilitaciones y reformas en profundidad. Si no es posible, propondrá alternativas, como ascensores más amplios para acceder a las viviendas.

En el caso de equipamientos educativos, culturales y deportivos, la reserva de plazas de aparcamiento fija un mínimo del 20% del aforo. Y cita un ejemplo: para un instituto de enseñanza secundaria con 500 alumnos, deberán preverse al menos cien plazas de estacionamiento.

Uso del casco

Aunque no supone una novedad en lo que respecta a la normativa, sí clarifica una duda habitual entre los usuarios: el Plan Director de Bicicletas plantea que el casco será una opción personal y voluntaria, «puesto que su utilidad y beneficio no está suficientemente demostrada». El documento plantea que obligar a su empleo podría mermar el potencial de uso de este vehículo como medio de transporte urbano.

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Fuente: Diario SUR

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