jueves, 31 de julio de 2008

Un malagueño diseñó los platos que condujeron a Sastre a la victoria en el Tour

Pablo Carrasco ve culminada así una decidida y arriesgada apuesta empresarial con el mayor éxito que se puede lograr en el mundo del ciclismo. Su patente de discos ovalados mejora de manera considerable el rendimiento, ayuda a prevenir las lesiones en las rodillas y reduce el cansancio

Prepárense para conocer una historia, o mejor dicho dos, de ingenio, osadía, tesón y esfuerzo. La primera es bien conocida. Carlos Sastre logró el pasado domingo el triunfo en el Tour de Francia después de 11 años como profesional y ocho participaciones en la carrera ciclista por etapas más importante que se celebra en el mundo. La segunda historia es menos conocida. De hecho casi ha sido llevada en secreto, pero esconde tras de sí el impresionante trabajo realizado por un ingeniero aeronáutico malagueño, que desde que acabó la carrera se marcó un ambicioso e innovador objetivo. Su nombre, Pablo Carrasco.

Aunque sin la gran preparación física de Carlos Sastre no habría sido posible, una de las claves de su triunfo en la ronda gala ha estado en su bicicleta, concretamente en los platos que ha utilizado y que han sido diseñados por el malagueño Carrasco y que comercializa su propia empresa, Rotor. La victoria de Sastre confirma que la decisión que Pablo Carrasco tomó hace ya más de 10 años fue la acertada. En lugar de plantear un complejo proyecto de fin de carrera propio de su profesión, el ingeniero malagueño optó por centrarse en la forma de optimizar el esfuerzo de un ciclista a la hora de pedalear.

«Se puede decir que nosotros somos los raros del ciclismo porque nos hemos tenido que enfrentar a empresas de un gran potencial. Entramos en contacto con Carlos Sastre por medio de su mánager. Él tenía claro que esta era su gran oportunidad para ganar el Tour de Francia. Hicimos varias pruebas y le gustó el resultado. Carlos decía que lo que sentía era positivo y que tenía menos fatiga, aunque le dije que tampoco podía esperar milagros», explica Pablo Carrasco sobre las pruebas iniciales realizadas junto a Carlos Sastre.

La primera apuesta de Carrasco y su socio Ignacio Estellé, su gran apoyo, fue el Rotor, producto que da nombre a su empresa. El Rotor es un conjunto de eje, bielas y platos que elimina de forma total el punto muerto que existe en cada pedalada. En el desarrollo de una pedalada existe un punto muerto en el que no se aplica fuerza alguna a la transmisión, que coincide con el momento en que las bielas se encuentran totalmente perpendiculares al suelo -cuando marcan las seis en punto-. En ese momento, el ciclista sólo hace fuerza para avanzar el pedal hasta ese otro punto en que este comienza a bajar y en el que ya se desarrolla nuevamente potencia dirigida a la transmisión de la bicicleta.

En el sistema diseñado por Pablo Carrasco las bielas no marcan las seis en punto, sino que se han 'adelantado' y no coinciden en el punto muerto, y asimismo, hace variar el desarrollo de cada biela de forma que permite al ciclista elegir dónde aplicar mayor o menor fuerza. El efecto resultante es que el ciclista aumenta la eficiencia de su pedaleo, y por tanto también su rendimiento, su confort y la salud de sus rodillas. Los beneficios de este producto han sido respaldados por estudios médicos de la Universidad de Navarra.

Platos

El caso de Carlos Sastre, lo que ha utilizado en el Tour no es el sistema Rotor, sino unos platos ovalados de la misma marca y que se denominan 'Q Rings', que no eliminan del todo el punto muerto, pero sí lo reducen. Por ejemplo, si el ciclista utiliza uno de estos platos de 53 dientes, el resultado es que en el momento de mayor potencia y al ser ovalados se está empleando un plato de 56, pero en el momento en el que se produce el punto muerto, que es cuando el ciclista recupera, se 'transforma' en un plato de 50 dientes, por lo que el resultado es el de un pedaleo de menor fatiga y mejor reparto del esfuerzo. Además, estos platos son regulables, por lo que se ajustan a las características de cada deportista.

«El hecho de que se reduzca el cansancio ha permitido a Carlos llegar a la última semana de la carrera más fuerte y hacer una gran contrarreloj», afirma. La colaboración entre Rotor y Carlos Sastre se remonta al comienzo de la temporada. El ciclista abulense ya corrió con los platos diseñados por Pablo Carrasco en pruebas como la Vuelta a Murcia. «Hemos realizado varios entrenamientos con los platos Q Rings en los que realizamos mediciones de potencia. Sastre notó que acumulaba menos fatiga y los resultados que dio eran muy buenos. Además, la aceleración era superior para cuando hay que atacar», recuerda. Sastre ha sido el único ciclista que utilizó estos platos en todo el pelotón del Tour.

Esfuerzo

Aunque el éxito de su empresa es el mayor que se puede lograr dentro del mundo de los fabricantes de componentes para bicicletas, tanto el ingeniero malagueño como su socio no lo han tenido nada fácil para salir adelante. Han tenido que abrirse camino en un mercado dominado por las firma japonesas y norteamericanas y le han cerrado las puertas de los principales equipos profesionales, mientras que no han parado de ganar carreras en otras especialidades como el triatlón y la bicicleta de montaña.

«Llevo años sin vacaciones. Esto ha sido una odisea con todo en contra. Hay mucha competencia, todo lo tienes en contra. He rechazado ofertas importantes de trabajo, pero tenía claro que no lo iba a dejar», reconoce Carrasco, que vive a caballo entre Madrid y Málaga, pero que dice que es aquí donde se relaja más para diseñar sus productos.

Ahora el panorama es bien distinto. El triunfo de Sastre en el Tour ha impulsado el nombre y el prestigio de su compañía. Es una historia de confianza mutua, la de Pablo Carrasco en su idea y la de Sastre en su invento. «Nunca dudé que Sastre ganaría el Tour», asegura este malagueño.

Fuente: Diario SUR

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